La historia de mi cuarto maraton: Lavatrail 2013

ImageUna vez más, y ya van cuatro, he traspasado la mítica barrera de los 42,195 kilómetros. Como siempre, en una prueba de montaña, pero la diferencia es que esta vez ha sido más bien un buen entrenamiento para objetivos mayores que el propio objetivo en sí.

He empezado la semana mal, con muchos dolores musculares en los isquiotibiales, pero la sesión del lunes con nuestro entrenador y fisioterapeuta Juan Montero, los ha aliviado y parece que han desaparecido.

Como toda carrera que se precie, ésta empezó la tarde anterior con la retirada de dorsales en la Bodega Stratvs y siguió, esa misma noche con la Cena de la Pasta. Esta vez el escenario elegido fue el Hotel HD Resort en Costa Teguise, el cuál ofreció un banquete que permitió comer opíparamente y beber sin límites con el objetivo de coger fuerzas Imagepara el dia siguiente. En mi caso, un buen plato de pasta a la bolognesa y una buena caña hicieron que me fuera bien servido a casa.

Ya en casa toca preparar todo el material. Como siempre quedo sorprendido con la gran cantidad de cosas que hay que llevar para no dejar en el aire Imageningún detalle que nos pueda arruinar la carrera. Una vez que está todo preparado me voy a la cama y descanso. Para la modalidad  de 42 kilómetros la salida está prevista a las 09:30 desde Mancha Blanca, un poco tarde a mi entender, teniendo en cuenta que en esta isla el sol tiene la costumbre de atizar desde bien temprano. Con ese horario da tiempo de desayunar con calma e ir al lugar donde nos recogerá la guagua,  que es el mismo hotel donde cenamos la noche anterior. Allí me encuentro con amigos como Antonio Navas, con el que seguimos vía móvil la evolución de la UltraTrail, que salió a las 5:00 am, y en la que está corriendo Patrick, pero los organizadores sólo dan datos de los tres primeros, por lo que me quedo sin noticias de la evolución de mi compañero. Una vez me subo al autobús me encuentro con otro amigo, Majid, que al apostre sería el vencedor de la prueba, y con el que comento algunos detalles del trazado. También es en el autobús donde conozco a unos amigos tinerfeños que me comentan que conocen nuestro blog y que leyeron la crónica de nuestra visita al Teide.

ImageLlegamos al punto de salida y hace un frío de muerte. Además vamos con lo puesto ya que la ropa la hemos dejado en un bolso en meta, con lo cuál la espera se hace insufrible. Allí me encuentro con  Orlando Márquez, compañero de entrenamientos y con el que realizaré todo el recorrido. También nos vemos allí al gran Marco de Gasperi, que muy amablemente accede a hacerse unas fotos con nosotros.

Se echa de menos hoy aquí al otro compañero, Jose Miguel, pero las obligaciones laborales le han impedido tomar parte hoy en esta carrera. Ya en La Palma volveremos a compartir kilómetros de competición.

ImagePasamos por la alfombra roja para activar el chip y empieza la cuenta atrás. La salida se hace un poco pesada por el terreno que es muy inestable y rocoso hasta el km 4 o 5. Además también se trata de caminos estrechos que normalmente hay que atravesar en fila de a uno, lo que provoca mayor lentitud aún. Cuando conseguimos mayor “corribilidad” el ritmo aumenta y, salvo algunos escasos repechos, el tramo hasta Stratvs es en su mayoría llano. La señalización deja un poco que desear y esto provoca que, ya en los 10 primeros kilómetros, los corredores se hayan perdido en dos puntos. Yo el primero lo esquivé, pero el segundo no, y debido a esto, me tuve que hacer “gratis” un buen repecho de unos 500 metros que daba a una casa particular. Sin embargo al volverlo a bajar nos reencontramos con el camino oficial y avisamos a los que venían detrás para que no cometieran el mismo error.

ImageLlegamos a las Bodegas Stratvs, primer avituallamiento y kilómetro 13. Una hora y 15 minutos. Reponemos fuerzas con alguna fruta que otra y salimos de nuevo para afrontar el primer ascenso del día. Cerca de 1,5 kilómetros de subida en picón, lo cuál lo hace un pelín más duro. Tras llegar arriba toca volver a bajar por una zona muy divertida que nos lleva hasta el camino del GR-131. Es por esta senda por la que vamos a llegar hasta Uga en un tramo de unos 5 kilómetros bastante rápidos. En este pueblo encontramos el segundo avituallamiento, aquí Orlando y yo paramos un poco más. ImageSacamos una foto, rellenamos los camel back y tomamos frutos secos y algo de suplementación. Ya estamos en mitad de carrera, km 21 y lo hemos cubierto en poco más de dos horas. Sin duda, la segunda parte de la carrera va a ser la más sufrida y la que va a poner a cada uno en su sitio.

Ya saliendo de Uga toca meternos de lleno en la que habíamos denominado como “La subida a las antenas”. Un ascenso que llega hasta la Montaña de Femés, donde están situadas dichas antenas y que se prolonga durante más de 5 kilómetros Imageen los que se ganan unos 340 metros de desnivel positivo. Lo cubrimos caminándolo en su mayoría pero a un buen ritmo lo que nos permite, una vez que hemos bajado hasta el pueblo de Femés, llegar al tercer avituallamiento en el kiómetro 29 en 3 horas y 8 minutos. Otra vez hacemos una buena parada en la que rellenamos los depósitos internos y externos para afrontar con garantías la última parte de la carrera que, sin duda, es la más dura ya que engloba la subida la pico del Hacha Grande.

Tras abandonar Femés subimos la cuesta que nos lleva hasta las cabras y que nos mete en el macizo de Los Ajaches, a Imagetravés del cuál cogemos un estrecho sendero muy peligroso por la caída que tiene a sus lados y que trotamos a un ritmo suave ya que las piedras y las tuberías que hay en el terreno no permiten el más mínimo despiste. Este caminito dura unos 2 o 3 kilómetros y nos lleva directamente a la falda del pico del Hacha Grande. El ascenso es de menos de 1 kilómetro pero se ganan 200 metros de desnivel positivo, esto hace que tardemos unos 20 minutos en cubrirlo y toparnos con el descenso que, dada su peligrosidad, se ha de hacer a un ritmo no muy superior al empleado Imageen el ascenso. Se pierden casi 300 metros de desnivel en poco más de 1 kilómetro, lo que supone que estamos hablando de una rampa del 25%, cuya superficie, además, no ofrece ninguna garantía de agarre. De hecho adelantamos a dos corredores que iban caminando con mucho cuidado puesto que sus dolores musculares ya no les permitían mayores concesiones.

Conseguimos salir indemnes de dicho escenario, pero a esta fiesta se ha unido un nuevo elemento, el sol. Llevábamos ya cuatro horas disfrutando de su ausencia pero era de extrañar, ya metidos en el mediodía, que no hiciera acto de presencia. Nos ponemos los elementos protectores, gorras y gafas de sol y seguimos por la cresta del Pico del Hacha Pequeña, llena de toboganes que ya se hacen más lentamente debido a la carga de kilómetros y al calor reinante.

Descendemos por la falda de dicho pico para encontrarnos con la pista que nos llevará hasta la Playa de las Mujeres. Seguimos trotando y me veo bien de fuerzas aunque el cuerpo me está recordando ya que no tiene nada sólido dentro de sí. Me doy cuenta que, a partir de 30 kilómetros o cuatro horas de recorrido hay que comer algo más contundente que una simple chocolatina o un gel porque si no el cuerpo se queda sin gasolina para seguir. Por hoy sólo quedan unos pocos kilómetros pero en La Palma o en Los Alpes tengo que tenerlo muy en cuenta si quiero llegar a meta.

ImagePasamos por el último avituallamiento. Es triste que no nos hayan ofrecido ni un triste cubito de hielo en ningún punto de la carrera, menos mal que el sol sólo ha aparecido al final. Cogemos un poco de agua tibia y un plátano y nos dirigimos hacia la playa directamente. Se hace duro el tramo de la arena pero me veo bien y lo troto. Veo como delante mía hay unos siete u ocho corredores de mi distancia que ya han renunciado a correr y van caminando, por lo que me propongo alcanzarlos. El ritmo que mantengo hasta la meta me permite adelantar hasta nueve corredores en un tramo de 2 kilómetros, lo que me hace llegar en la posición final 31 con un tiempo de cinco horas y ocho minutos.

64437_10200900061169237_2096813258_nToca ahora comer un poco de paella para recobrar fuerzas y beber coca-cola para eso de la glucosa, Después duchita y masaje y a esperar a ver si se sabe algo de Patrick, puesto que ya ha llegado el primer clasificado de la ultra. Finalmente llega octavo de la general y tercero de su categoría, Lo de este hombre no tiene nombre… Va a ser un lujo tenerlo de compañero en los futuros retos…Esperamos su crónica como agua de mayo!!!

Por mi parte, objetivo cumplido: Entrenamiento de calidad mirando para la Transvulcania de dentro de un mes y, sobre todo, a la 4 Trails. Buenas sensaciones, llegando con fuerzas al final y conociendo mi cuerpo y sus limitaciones, cosa importante para afrontar dichos retos con garantías.

Víctor Martínez

3 comentarios en “La historia de mi cuarto maraton: Lavatrail 2013

  1. Enhorabuena. Yo también participé en la maratón. Soy un dominguero repleto de kilos y llegué fuera de control, pero llegué. Estoy contigo con lo de la señalización, fue demasiado pobre. En carrera no podía dejar de pensar en cómo lo habrían hecho los de la Ultra, que pasaban por los tramos difíciles, los del principio y los del final, en completa oscuridad, excepto la luz del frontal. Esas picas semienterradas de tan poca altura estaban demasiado espaciadas. Y, hacia el final de la prueba, se notó que a los que la balizaron se les terminó la cinta, ya que en los últimos kilómetros apenas se vieron los cuadrados blancos y rojos. Ya he dicho antes que soy novato y por ello me sorprendió brutalmente la subida esa de la Hache, después de pasar Femés. Cuando iba por el sendero de los Ajaches, ese que mencionas de la tubería, corría feliz como una perdiz puesto que a mi vera disfrutaba de unas vistas de Papagayo y Marina Rubicón, la ansiada meta, maravillosas. Claro, yo pensaba que pillaríamos un senderillo que nos dejaría a pie de playa en un pispás, por lo que ya me veía entrando triunfador en meta (eso quiere decir dentro del control de tiempos), pero, requetejá. Cuando llegué abajo, unas amables cabreras me dijeron, no sin cierto sadismo, que ya estaba, que «sólo» debía cruzar la montaña de enfrente y que después todo había terminado. ¿Cómo? ¿Quéeeeeeeeeeeeee? ¿Esa montaña más vertical que la cuesta de enero de un pobre? ¡No puede ser posible! Y yo, que no subo ni al primer piso de mi casa sin coger el ascensor, tuve que pasar por el aro, claro. Desde Femés tardé casi cuatro horas en llegar a meta, buf, ese tramo, la bajada, la nueva subida y el descenso final, con tramos de más del 40% de desnivel pusieron a prueba, además de mis piernas, mi determinación. Después de hacerlo aún admiro más a SuperPaco, que como bien sabes participó en la ultra y la terminó a las 11:05, después de ¡18 horas! de ejercicio sin pausa, con… ¡74 años! ¡Eso sí es valor y fortaleza! Han pasado ya un par de días y aún con las agujetas en el cuerpo ya me estoy mirando la Tinajo X Race de 52 km, a celebrar en agosto. Un detalle que se me escapaba: el sol fue generoso con los participantes, ya que como bien dices se mantuvo discretamente escondido durante todo el recorrido, o casi. Y eso es muy de agradecer.
    Enhorabuena por tu carrera y por tu excelente tiempo. Mucha suerte en tus proyectos de futuro.

    • Muchas felicidades a ti también Alfredo…. Nosotros contabamos con la ventaja de que ya habíamos entrenado el recorrido y el Pico del Hacha Grande lo teniamos previsto que si no ya te iba yo a contar un cuento. Da gusto que la gente se vaya animando a este tipo de aventuras y que además, como es tu caso, las termine con éxito. Esperamos verte en tu próximo reto!!!

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